
Un
hombre despierta en un mundo arrasado y triste, con una ciudad en ruinas frente
a él, sin saber cómo ni en qué circunstancias llegó hasta allí. Clama en vano
por respuestas y por su familia. A pesar que se cruza con animales y con otro
hombre, pronto se da cuenta que si bien él puede ver y oir, los demás no pueden
verlo ni oírlo a él. Cansado de recorrer el lugar, se apoya contra un árbol
cuyas raíces están rompiendo una lápida de mármol. Luego de que una ráfaga de
viento barriese las hojas que tapaban la inscripción de la piedra, el narrador
descubre, para su asombro, que en ella están inscriptos la fecha de nacimiento
y muerte suyos junto con su nombre, y que el lugar en el que está son las
ruinas de Carcosa, seguramente el lugar en que solía vivir.
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